El programa Centros Cívicos Sin Paredes es un modelo de itinerancia comunitaria que desarrolla procesos preventivos con jóvenes entre 13 y 21 años. La metodología busca fomentar el uso positivo de su tiempo libre y potenciar sus talentos, creando un tejido juvenil dentro de las comunidades para prevenir las diferentes formas de violencia contra la niñez.
Esta iniciativa llegó para quedarse durante todo este año en las comunidades de Desamparados y Pococí, con el fin de reconocer factores de riesgo que amenazan el bienestar integral y la consolidación de proyectos positivos de vida de los y las jóvenes.
Y así es como esta semana, 120 chicos y chicas de estas comunidades iniciaron su aventura a través de la combinación de acciones recreativas y culturales con la prevención de la violencia. La oferta para los procesos de cada comunidad está enfocada en el arte urbano (grafitti y muralismo), danza urbana, teatro, cine documental y fotografía.
“Es necesario que las clásicas metodologías de convivencia y de prevención de la violencia, evolucionen al ritmo de sus integrantes; este mes, iniciamos con una nueva fase de Centros Cívicos sin Paredes, procesos de intervención lúdico-comunitarios, que nos permitirán fortalecer tejido joven dentro de los territorios. Si hay algo que hemos aprendido de las fases de trabajo anteriores, es que el asunto de que las instituciones deban ir a las comunidades no es algo simplemente optativo, sino, obligatorio”, señaló Jairo Vargas, Viceministro de Paz.
Para esta nueva edición, los Centros Cívicos Sin Paredes cuentan con un monto de 100 millones de colones, 50 millones para cada comunidad, financiados por el Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD).
“Asumiendo que la violencia es una problemática compleja y multifactorial, que requiere de esfuerzos interinstitucionales e integrales, el ICD de manera conjunta con el Viceministerio de Paz, realizan esta alianza estratégica con la que se espera fortalecer mecanismos preventivos frente al consumo de drogas y otros factores de riesgo en personas jóvenes.” indicó Guillermo Araya, director del ICD.
A grandes rasgos el proyecto durará un año completo e incluye la elaboración de diagnóstico situacional participativo en ambas comunidades, desarrollo de procesos de sensibilización, las capacitaciones dirigidas a los grupos juveniles y el desarrollo de 4 festivales comunitarios.
Esta no es la primera vez que se lleva a cabo este programa, la propuesta de los Centros Cívicos Sin Paredes inició en el 2015 y finalizó su última jornada en diciembre 2018; la cual contó con la participación e involucramiento de aproximadamente 320 jóvenes de comunidades de Tárcoles, Guararí, Diques, Pital, Capri, Barrio Chorotega y Guápiles.